miércoles, 21 de mayo de 2014

Importancia de la Educación Infantil

Cualidades para Ser un Buen Maestro de Nivel Preescolar

La experiencia preescolar de un niño es su introducción al mundo de la educación. Como maestro de preescolar, es tu responsabilidad ofrecer a los niños un ambiente seguro y divertido conde se puedan expresar ellos mismos de forma creativa, hacer amistades y ajustes para pasar parte del día sin sus padres. La enseñanza preescolar ciertamente no es fácil, aunque la mayoría de los maestros dicen que sus trabajos se hacen más fáciles con experiencia. Sin embargo, existe un número de cualidades esenciales que debes tener para ser un maestro de nivel preescolar exitoso.





Personalidad
Ser un maestro de nivel preescolar exitoso requiere extraordinarios niveles de paciencia, entusiasmo, creatividad y, por sobre todas las cosas, amor por la educación infantil. Un maestro debe entender las necesidades tanto de los niños y sus padres. Como un vínculo entre el hogar y la escuela, la comunicación efectiva con los padres es crucial para desarrollar una buena relación con los niños y ayudarlos a crecer. Además, los niños se desarrollan y aprenden a velocidades muy diferentes, por lo tanto es importante ser extremadamente paciente con quienes tienen dificultades. Un buen maestro crea una atmósfera alentadora para que todos los estudiantes se apoyen entre sí.
Formación
Las cualidades educacionales varían por estado pero la mayoría exige que los maestros de nivel preescolar tengan al menos un título asociado y, en muchos casos, una licenciatura. Tener una formación en educación es esencial, y un buen candidato para un puesto de maestro de nivel preescolar deberá haber tomado clases en educación superior en los campos de psicología, desarrollo de la niñez, educación, gestión del aula y plan de estudios. Muchos cursos universitarios también exigen a los maestros aspirantes a que ganen alguna experiencia voluntaria en una clase, guardería infantil u otro ambiente similar.





Experiencia
La experiencia en el trabajo con niños pequeños es la clave para ser un maestro de nivel preescolar exitoso. A menudo los mejores son quienes crecieron en torno de hermanos menores, quienes han trabajado en campamentos y escuelas o que han alzado a sus propios niños. La mayoría de los maestros de preescolar principiantes comienzan como asistentes para poder aprender más de los profesores con experiencia. Este entrenamiento en el trabajo es increíblemente valioso porque soporta menos responsabilidad en el asistente y así puede experimentar con diferentes estilos de maestros, aprendiendo a medida que va pasando el tiempo.
Manejo de la clase
El manejo de una clase llena de niños pequeños puede ser un gran desafío. Debes ganarte su respeto sin asustarlos. Debes ser su amigo pero también debes representar una figura de autoridad como lo son para ellos sus padres. Un maestro de preescolar exitoso es capaz de controlar una clase mientras siempre mantiene las actividades educacionales y la diversión. La organización es extremadamente importante. Incluso aunque la clase sea un lío, siempre deberá haber una organización subyacente ligado a la educación (de lo contrario, será un parque infantil). Crear un ambiente acogedor y atractivo en el que los niños puedan aprender jugando es esencial.





Dedicación

Por sobre todas las cosas, para ser un maestro de preescolar exitoso, deberás realmente creer en lo que estés haciendo. Debes preocuparte tremendamente sobre el progreso y el bienestar de cada uno y todos los niños en el aula. Enseñar a nivel preescolar puede ser ajetreado y estresante, pero también es extremadamente gratificante. Una mala experiencia en el nivel preescolar puede realmente comprometer el futuro educativo del niño, por lo tanto siempre deberás hacer lo mejor para alentar a los niños y fomentarles su aprendizaje. Por el otro lado, ningún maestro es perfecto y no debes desanimarte cuando cometes errores de vez en cuando.





Educar el Sentido del Humor


La risa y el buen humor es la mejor y más barata de las medicinas y combate, cuando menos, el mal humor. Los niños lo descubren de forma espontánea pocas semanas después del nacimiento. Esa primera sonrisa despierta en nosotros la mayor de las ternuras y los mejores sentimientos. Durante toda la infancia, la risa le acompañará y llenará nuestro hogar de uno de los sonidos más bellos. Cabe preguntarnos entonces si, como padres, cuidamos que nuestros hijos cultiven ese maravilloso sentido que es el del humor. ¿Procuramos que aprendan a reírse sin dañar a otros? ¿Cuidamos de que puedan ver en sus errores y en los nuestros una oportunidad de mirar las cosas con perspectiva? ¿Pasamos tiempo con ellos divirtiéndonos?
"Sólo hay un rincón del universo que usted puede estar seguro de mejorar: usted mismo" Aldous Huxley

  • El sentido del humor es necesario en la vida familiar tanto como la disciplina, la educación o los valores. Las relaciones entre padres e hijos que permiten y dedican tiempo a las diversiones, el buen humor y la risa son más sanas, menos tensas y más cordiales.
  • El sentido del humor es un sentido eminentemente humano.
  • Nos permite ver los problemas en su dimensión correcta, ni sobrestimados ni subestimados. Saber reírnos de nuestros errores y asperezas facilita reconducir situaciones que, de otro modo, aumentarían las tensiones y los conflictos.
  • La risa es una de las expresiones que más beneficios aporta a la persona:
  • Es la expresión de la alegría.
  • Activa la producción de endorfinas, transmisores químicos que aportan al cerebro alivio y bienestar.
  • Libera tensiones.
  • Provoca una respuesta emocional única orientada a la alegría y al bienestar.
  • Aumenta la captación de oxígeno.
  • Crea un ambiente positivo y cordial.
  • Nos ayuda a poner los problemas en perspectiva.
A los niños les encanta reír, les gustan las bromas, les expresiones de buen humor y la alegría.
A los padres nos es bastante fácil hacerles reír cuando son bebés, pero a medida que crecen y empezamos a sentir la responsabilidad de su educación podemos, poco a poco, alejarnos de las expresiones diarias de alegría con que nos dirigíamos a ellos cuando eran pequeños. Nos ponemos perfeccionistas y, llevados por la tensión y el estrés, pasamos la mayor parte del tiempo corrigiendo de forma reactiva o haciendo énfasis en los errores, los conflictos y las dificultades que, por otro lado, son características de seres en continuo aprendizaje y crecimiento.
Y
A lo largo del día tenemos muchas oportunidades de vivir nuestra relación con los niños de forma alegre y divertida, pero hemos de ser capaces de reconocerlos y de vivirlos sin miedo a que las normas o la disciplina se vean afectadas. Un padre o una madre divertidos y alegres son tan o más dignos de crédito que aquellos padres huraños y culpabilizadores. De hecho, a nosotros mismos nos es mucho más grato compartir nuestro tiempo con personas de trato alegre y cordial que con aquellas que siempre se quejan o protestan por todo.
Pero lo que hemos de evitar es reírnos de los niños.
Si nos reímos de sus errores, podemos menoscabar su autoestima dado que se encuentran todavía en una etapa inmadura en la que necesitan afianzar la confianza en sí mismos. Frente a un error deberemos primero saber qué opina nuestro hijo de lo sucedido y después podremos ayudarle a ver el lado divertido del asunto puesto que ya conocemos sus sentimientos.
Es recomendable también comprobar el tipo de humor que ven nuestros hijos en los programas de televisión.
A menudo se utiliza un humor que daña a los demás para hacer reír. Es necesario que mostremos a nuestros hijos que, aunque sea divertido, nunca podemos reírnos a costa del dolor producido a otros. Será necesario hacerles ver que a ellos tampoco les gusta ser blanco de risas y burlas por más divertido que pueda parecer. Este aprendizaje elemental les ayudará a aprender cómo ser divertidos y simpáticos sin perder la empatía (capacidad social básica que nos permite saber cómo se siente el otro y actuar en consecuencia).
Por último, recordar algunos juegos y actividades que nos permitirán educar el sentido del humor en nuestros hijos:
  • Guerras de cosquillas.
  • Batallas de almohadones.
  • Jugar al escondite dentro de casa.
  • Hacer ejercicio físico juntos.
  • Esperar a papá o a mamá escondidos por casa y darle un susto.
  • Ver juntos películas de risa.
  • Hacer comentarios divertidos manteniendo nuestra expresión seria.
  • Salir a pasear y a jugar.
  • Contar chistes.
  • Hacer preguntas aparentemente absurdas: ¿alguien quiere un helado de anchoas?, etc.
  • Vestirnos intencionadamente con una prenda al revés o con dos zapatos distintos.
  • Leer juntos tebeos o cómics divertidos.
  • Contar anécdotas de nuestra infancia.
  • Recordar las cosas divertidas que nuestros hijos hacían cuando eran bebés.
Son sólo algunas ideas que nos permitirán responder a la gran necesidad de alegría que nuestros hijos y nosotros tenemos.
Seamos conscientes de que el sentido del humor nos permitirá ser una familia que acepta la vida tal y como es (¡aunque no se conforme con ella!), aportando soluciones creativas ante situaciones que de otro modo mermarían nuestras relaciones o nuestros estados de ánimo.
Atrevámonos a ser divertidos, seamos capaces de reírnos de nuestros propios errores y de nuestras propias incapacidades mostrando a nuestros hijos cómo crecer y mejorar como personas sin perder el sentido del humor.



Leer: https://www.dropbox.com/s/cm0bn42tvhho7v7/Finalidad%20de%20la%20Educaci%C3%B3n%20Inicial.docx

Educación Infantil




La Educación Infantil considera al niño como un ser con características especiales, propias, en una etapa particular de desarrollo,(o sigueindo a Piaguet dos etadios: el sensioromotor y el preoperacional después), y que han de conocerse. Así lo ponen en valor como un ser unitario biológica, psíquica y socialmente, diferente e irrepetible, que está en veloz y continuo desarrollo, que dentro de su desarrollo construye de manera activa y que es sexuado. Todo ello contrasta con las consideraciones tradicionales que se hacían del niño pequeño.
http://www.importancia.org/wp-content/uploads/educacion-infantil.jpg
Propósitos:

·       Ser persona y sujeto social.
·       Saber respetar y valorar el orden constitucional y la vida democrática.
·       Saber respetar los derechos humanos y conservar el medio ambiente.
·       Saber razonar y actuar normalmente.

Estos contenidos están orientados a los alumnos para que construyan activamente las capacidades intelectuales para operar sobre símbolos, ideas, imágenes, representaciones, conceptos y otras abstracciones que constituyan en el campo del saber y del saber razonar. También se ha tenido en cuenta el saber hacer, es decir aquellas capacidades que apoyándose en conocimientos intelectuales y valorativos se despliegan en habilidades comunicativas, tecnológicas y organizacionales. Y como base de todo ello los contenidos que promueven el desarrollo de los valores y actitudes, lo que podemos denominar «el saber del ser».


De esta manera el saber, saber razonar, saber ser, organizan la propuesta de los contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales para el desarrollo de las capacidades personales y sociales que la escuela debe promover para permitir a los jóvenes participar como miembros plenos de una sociedad que, junto con ellos, recupera y mejora la calidad de vida de todos sus miembros.


Ver el siguiente archivo: